lunes, 14 de noviembre de 2011

VALORACIÓN CRÍTICA

OS DEJO AQUÍ UNA BUENA VALORACIÓN CRÍTICA.
Está en el camino de lo que debe ser la valoración personal de una obra.
EL SÍ DE LAS NIÑAS
El sí de las niñas es una comedia del dramaturgo y poeta español Leandro Fernández de Moratín publicada en  1806 y  perteneciente al movimiento de la Ilustración. Este supuso una vuelta a los clásicos, conocida como Neoclasicismo. En el teatro se caracterizó por seguir tres postulados básicos: tres actos, unidad de tiempo y lugar (El sí de las niñas transcurre en un tiempo inferior a doce horas en un mismo sitio, una posada de Alcalá de Henares) y unidad de acción (una sola trama que gira en torno a doña Paquita y su futura boda).
Doña Paquita es una joven enamorada de don Carlos que sin embargo se ve obligada  a casarse con un hombre bastante mayor que ella, don Diego, por voluntad de su madre, doña Irene. Sin embargo, don Diego descubre que el verdadero amor de la chica es su sobrino, y decide dejar que venza el amor de los jóvenes antes que su matrimonio concertado.
La estructura de la obra se divide en tres actos. En el acto I se presentan los personajes y el problema de un matrimonio en el que la joven doña Paquita se ve envuelta por la influencia de su madre sin tener ella apenas voz. En el acto II aparece el verdadero amor de doña Paquita, don Carlos, que promete que no permitirá la boda, aunque al terminar el acto este se ve obligado a retirarse, reflejando el respeto que siente hacia su tío tras descubrir  que es el futuro marido.  En el acto III don  Diego descubre por una carta, que don Carlos envía a doña Paquita, que esta está enamorada de su sobrino. Finalmente decide retirarse para que los dos enamorados puedan comprometerse, teniendo así un feliz desenlace.
De los personajes es interesante destacar a los dos mayores, doña Irene y don Diego, dadas las conversaciones que tienen para concertar el matrimonio. Doña Irene es una mujer anclada en sus tradiciones que maneja el futuro de su hija y que intenta esquivar las preguntas de don Diego sobre la voluntad de la joven. Resulta llamativo como en momentos en los que se encuentran los tres personajes (doña Irene, don Diego y doña Paquita) y el hombre quiere dirigirse a la chica para saber qué le parece y cuáles son sus sentimientos, interrumpe repetidas veces doña Irene, acallando cualquier duda o vacilación que pudiese mostrar la hija, lo que tiene una relación directa con el título de la obra El sí de las niñas, que es en realidad un sí invisible probablemente por inexistente, una decisión que toman otros por las chicas, en este caso, por doña Paquita.
El personaje de don Diego resulta especialmente particular pues se interesa directamente por doña Paquita. Parece así que el autor quiere levantar la voz de la mujer, hacerla partícipe directa sobre lo que ocurre en su vida, un hecho que resulta bastante adelantado para su momento. Además, a través de don Diego, Moratín aprovecha para criticar un sistema en el que la educación de las jóvenes se construye desde su silencio pasando por la sumisión y el temor, como bien se refleja en la protagonista. Sin embargo, Moratín no resulta del todo consecuente dado que no deja clara una conclusión respecto a un tema tan importante. Incluso el desenlace de la obra resulta demasiado feliz, parece que todos los personajes estén conformes y con ello zanja la cuestión.
Cabe destacar por último el lenguaje asequible de la obra, dado su carácter didáctico, (la intención del autor es que se entienda su postura a través del tema que desarrolla) lo que consigue con un modo natural y sencillo de diálogo, casi familiar.
María Muñoz

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