lunes, 26 de septiembre de 2011

LA ARGUMENTACIÓN

La argumentación


 


Argumentar significa defender una idea o una opinión aportando un conjunto de razones que justifiquen nuestra postura.

La argumentación tiene una importancia enorme en la vida social. Utilizamos la argumentación para justificar nuestros pensamientos o nuestros comportamientos, para persuadir a los demás de nuestros puntos de vista, para influir sobre el comportamiento de los otros, como base para la toma de decisiones... De hecho, ámbitos de tanta importancia social como la política o la administración de justicia se basan en la argumentación.

La capacidad para argumentar correctamente suele ir emparejada con la capacidad de influir sobre las personas y es un reflejo de la organización del pensamiento.



Elementos de la argumentación


En toda argumentación podemos distinguir tres elementos: el objeto de la argumentación, la tesis y los argumentos.

·  El objeto de la argumentación es el tema sobre el cual se argumenta. Por ejemplo, la situación política actual, el tráfico en las ciudades o el examen de selectividad pueden ser temas de argumentación.

·  La tesis es la postura que el argumentador tiene respecto al tema objeto de argumentación. Éstas son, por ejemplo, dos posibles tesis en relación al tema «El examen de selectividad»:

·  El examen de selectividad es necesario.

·  El examen de selectividad es innecesario.

·  Los argumentos son las razones en las que basamos nuestra postura ante el tema objeto de la argumentación. Por ejemplo, la tesis «El examen de selectividad es necesario» puede sustentarse en los siguientes argumentos:

·  Conviene que se forme a la gente para aquellos puestos que necesita el país.

·  Hay que evitar que los estudiantes se concentren en algunas carreras para las que luego no hay salida.

·  Debe haber un examen que mida por igual a todos los estudiantes con independencia del centro del que procedan.

Lógicamente los argumentos deben estar directamente relacionados con el objeto de la argumentación y con la tesis que defiende.



Tipos de argumentación




Unas veces nos vemos obligados a argumentar para defender una idea u opinión propia o aceptada por nosotros; otras veces, en cambio, nuestra argumentación no pretende mostrar la bondad o validez de nuestra postura, sino mostrar nuestro desacuerdo con una postura diferente a la nuestra. Por eso, y según el objetivo que se pretenda alcanzar, se habla de dos tipos de argumentación: la argumentación positiva y la argumentación negativa.

·  La argumentación positiva o prueba consiste en presentar argumentos que respalden nuestra postura ante el tema objeto de la argumentación.

·  La argumentación negativa o refutación consiste en aportar argumentos que sirvan para rechazar los argumentos contrarios a nuestra postura.

Clases de argumentos




A la hora de preparar una argumentación se pueden utilizar diferentes clases de argumentos. Los más importantes son los argumentos racionales, los de hecho, los de ejemplificación y los de autoridad.

·                              Argumentos racionales. Los argumentos racionales son aquellos que se basan en las ideas y verdades admitidas y aceptadas por el conjunto de la sociedad. Un ejemplo de argumento racional para apoyar la tesis «No hay que contaminar el mar» seria el siguiente:

·                              El mar es una fuente de vida.

·                              Argumentos de hecho. Los argumentos de hecho son aquellos que se basan en pruebas observables. Por ejemplo, la tesis «Este año ha llovido muy poco» puede sustentarse en un argumento de hecho como el siguiente:

·                              Los pantanos están a un tercio de su capacidad.

·                              Argumentos de ejemplificación. Los argumentos de ejemplificación son aquellos que se basan en ejemplos concretos. Así, la tesis «La mayoría de los países desarrollados aprovechan sus residuos», se puede apoyar en argumentos de ejemplificación como los siguientes:

·                              Alemania recicla su papel usado desde hace muchos años.
Japón fabrica objetos de plástico a partir de plástico ya usado.

·                              Argumentos de autoridad. Los argumentos de autoridad son aquellos que están basados en la opinión de una persona de reconocido prestigio. Por ejemplo, la tesis «En todas las épocas, el dinero ha tenido un gran poder», se puede apoyar en el siguiente argumento de autoridad: Ya dijo Quevedo: «Poderoso caballero es don dinero».

El texto argumentativo




El texto argumentativo es un tipo de texto que habitualmente combina partes expositivas y partes argumentativas. Así, por ejemplo, es frecuente que el texto argumentativo comience con la presentación de unos hechos –exposición– y continúe con las razones que justifican una determinada postura frente a esos hechos –argumentación–.

A diferencia de los textos expositivos, en los que el emisor permanece generalmente oculto tras fórmulas Impersonales, muchos textos argumentativos muestran una clara presencia del emisor y del destinatario.

·                              El emisor se manifiesta, por ejemplo, en el uso de la primera persona en verbos y pronombres.

·                              El destinatario se manifiesta en las fórmulas que el emisor incluye para dirigirse directamente a él y, a veces, pedirle su adhesión a la tesis que defiende.

Estructura del texto argumentativo




Los textos argumentativos suelen estructurarse en cuatro partes claramente diferenciadas: la presentación, la exposición de los hechos, la argumentación y la conclusión.

·                              La presentación es una especie de introducción que da comienzo al discurso. Tiene como finalidad presentar ante el receptor el tema sobre el que se va a argumentar. Además, el argumentador intenta generalmente captar la atención del destinatario y despertar en él una actitud favorable.

·                              La exposición de los hechos tiene como objeto enumerar y explicar los hechos que se consideran fundamentales y presentar la tesis de forma clara y concisa.

·                              La argumentación suele ocupar la parte central del texto y contiene los argumentos que apoyan la tesis o postura del argumentador.

·                              La conclusión es la parte final del texto argumentativo. Debe contener un resumen de lo expuesto y recoger tanto la tesis del argumentador como los argumentos principales. La conclusión es la última oportunidad que tiene el emisor para convencer al destinatario de sus ideas u opiniones.

La lógica argumentativa


Para que una argumentación sea correcta, los razonamientos deben estar sujetos a las leyes de la lógica. Cuando en un texto argumentativo la lógica no se utiliza o se utiliza incorrectamente, entonces nos encontramos ante una mala argumentación.

Una mala argumentación se produce muchas veces como consecuencia de la ignorancia o inexperiencia del argumentador. Pero en ocasiones se recurre a argumentaciones incorrectas de forma consciente, con la intención de convencer al destinatario del mensaje por medios no racionales.

Errores en la argumentación




En general, podemos hablar de dos grandes tipos de argumentos no sujetos a las leyes de la lógica: los argumentos incorrectos y los falsos argumentos.

·                              Los argumentos incorrectos se derivan de la mala utilización de la lógica argumental, y son especialmente frecuentes en las personas inexpertas. Entre ellos destacan los siguientes:

·                              Elevar lo particular a la categoría de general. Este error se basa en hacer generalizaciones a partir de uno o varios datos que resultan insuficientes. Por ejemplo: Tengo un vecino alemán que ha aprendido español en dos meses, luego a todos los alemanes les resulta muy fácil aprender español.

·                              Incurrir en círculos viciosos. Es un error que consiste en utilizar dos hechos indistintamente como causa y consecuencia. Quien cae en este error no hace más que dar vueltas a las ideas sin aclarar nada. Por ejemplo: Mi hermana no viene a verme porque no me quiere, luego mi hermana no me quiere porque no viene a verme.

·                              Establecer falsas relaciones de causa–efecto. Por ejemplo: He pasado por debajo de una escalera y después me he caído, luego pasar por debajo de una escalera da mala suerte.

·                              Los falsos argumentos son, en realidad, modos de persuasión ajenos a la lógica argumental. Los más utilizados son los siguientes:

·                              Apelar a los sentimientos del destinatario. Este procedimiento persuasivo va desde el halago hasta la compasión pasando por la amenaza. Por ejemplo: Como ustedes son personas inteligentes y muy preparadas científicamente, sabrán comprender la importancia que tiene la teoría que defiendo.
Apelar a la importancia, al prestigio o a la autoridad del emisor. Este tipo de argumentación trata de captar la adhesión incondicional del destinatario o del auditorio no por la tesis en sí, sino por la persona que la defiende. Se utilizan, por ejemplo, cuando el argumentador emplea falsos argumentos como éste: Ustedes saben que yo nunca defendería nada que no fuera cierto

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